miércoles, 29 de junio de 2011

Tres razonamientos rápidos


Siendo trivial desde Keynes que la reducción del gasto público sólo conduce a profundizar las crisis económicas como esta nuestra ¿por qué se está exigiendo ¡y consiguiendo! que los estados recorten gasto público, fundamentalmente en salud y educación -aspectos clave para la competitividad futura que se dice pretender- y devuelvan sin cuestionamiento y a cualquier precio una deuda de la que una parte probablemente resulte odiosa?

Apunto rápidamente tres razonamientos, fragmentarios donde los haya, que pueden estar subyacentes en las decisiones que toman los agentes políticos, económicos y financieros mientras -al unísono- hacen público a través de los medios de comunicación el argumento de que sólo se puede salir de la crisis a través de recortes.

1) Cuanto más pobre sea la gente menos energía consumirá. En 2006 se llegó al cénit del petróleo. Esto significa que no sólo se acabará el petróleo sino que su preció crecerá muy rápidamente por la combinación de la menor oferta, mayor coste de extracción y mayor demanda global consecuencia del vertiginoso aumento de la población. Hay que recordar que el petróleo, además de emplearse como combustible, es la materia prima con que se producen plásticos, tejidos, fertilizantes industriales, pesticidas y herbicidas, necesarios para la producción alimentaria. Empobrecer a la población reducirá sus necesidades energéticas, alimentarias y de bienes de consumo y en consecuencia la demanda global de petróleo. 

Estimaciones de crecimiento de la población mundial según la ONU

¿Qué ocurriría en 40 años con una demanda de energía y derivados del petróleo correspondiente a casi el DOBLE de la población mundial respecto a la actual?

Estimación de la producción mundial de petróleo

¿Qué le puede ocurrir al precio del petróleo al combinar la gráfica de población (aproximación de demanda) y la gráfica de producción (oferta)?


2) Empobrecer a la población produce miseria, enfermedad y muerte. Es una forma de eugenesia que, en lugar de ser impulsada desde instancias políticas autocráticas para mejorar "la raza" como ocurrió -sin éxito- en el pasado, ocurrirá a través de una selección "natural" en el "mercado" para mejorar al homo economicus: el que logra dinero sobrevive al que no lo consigue.

Autor: keystricken

3) El poder es una droga. Al igual que ocurre con las drogas químicas y con otras adicciones lo que se consume no es, simplemente, una substancia que aporta un placer o que potencia un circuito neuronal vinculado a procesos de memoria y recompensa. Lo que el adicto obtiene de su droga es la sensación, por un instante más o menos duradero, con unos efectos secundarios más o menos lesivos, de que no existe la angustia de existir, ni el dolor, ni la muerte (todo eso, si acaso, lo tienen los otros). Y para el consumidor de poder su droga tiene la ventaja de que al contrario de lo que ocurre con la adicción al juego, que arruina, o con la adicción a la cocaína que genera daños cerebrales, el poder permite pagar la mejor medicina, cueste lo que cueste.

Autor foto: Shaul Hanuka


“El mirall de la veritat s’esmicolà en l’origen i cada fragment reflecteix una engruna d’autèntica llum” (Salvador Espriu)

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